Obsérvate con atención y gentileza

Comúnmente buscamos estar más atentos a quienes nos rodean pero ¿y qué pasa con nosotros mismos? Para poder relacionarnos con los demás de mejor forma, es necesario empezar a trabajar con nosotros mismos.  Para ello, es necesario tomarnos un tiempo para vernos; es decir, elegir unos minutos durante el día y observarnos: ¿cómo te sientes en ese momento? ¿qué es lo que estás pensando? y ¿qué sensaciones estás experimentando?

Quizá resulte difícil la primera vez que lo realices, ya que regularmente observamos nuestra persona con ojos que buscan encontrar o criticar  únicamente lo negativo (defectos o errores) o lo positivo. Sin embargo, esta práctica implica reflexionar sobre los cambios que existen en nuestra persona según las condiciones o situaciones que se nos presentan, y en este sentido, notar que ante cualquier experiencia podemos desarrollar una actitud de receptividad, balance y paciencia.  Este ejercicio  incorpora la práctica de Mindfulness, es decir, llevar tu atención al momento presente sin juicio y con aceptación.

  1. Siéntate frente a un espejo en un lugar bien iluminado de modo que tu cara sea el punto de tu atención intentando relajarla lo más que puedas.
  2. Lleva tu atención a cada parte de tu cara (frente, ojos, mejillas, la nariz, los labios; incluye también tu cabello y las orejas). Nota lo que puedes ver de manera objetiva, sin juzgar. Considera por ejemplo lo siguiente: al mirar las arrugas el filósofo Emmanuel Lévinas comentaba “son  lugares en los que la cara ha dejado una huella de sí misma”.
  3. Nota y sé consciente de los comentarios internos de agrado o desagrado sobre ti mismo; así como lugares en tu cara o en algún otro lugar en tu cuerpo en donde experimentes incomodidad, tensión o cualquier otra sensación.  Observa qué pensamientos vienen a tu mente y si te enganchas con alguno, o en todo caso, si alguno de los pensamientos o emociones se relaciona con las sensaciones que experimentas.
  4. Nota y suelta la tensión que experimentes en  tu cuerpo; para ello puedes notar la topografía de tu cara, cambiarla intentando estar más relajado así como con la postura de tu cuerpo ¿qué cambios observas?
  5. Observa nuevamente tu cara de forma particular: con amabilidad o gentileza. Lleva tu atención de forma similar a la que  una abuela llevaría a la cara de un nieto a quien ama profundamente.
¡Comparte con nosotros tu experiencia! (55) 4333-2490 info@www.mindfulness.org.mx

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