En nuestra vida diaria, estamos continuamente bombardeados con estímulos sensoriales, que nos impiden estar totalmente presentes con nosotros mismos y lo que ocurre en nuestro entorno. Estas distracciones provienen de nuestros cinco sentidos, nuestros sentimientos, memorias, pensamientos y deseos. Mindfulness nos ayuda a agudizar nuestra conciencia y a estar más conectados con nuestro estado interno y lo que pasa a nuestro alrededor.

En este contexto, mindfulness reduce la reactividad y promueve un estado de calma y quietud. En este estado, las personas están más receptivas a las ideas y desarrollan habilidad para involucrarse con su entorno de una manera más atenta. Este estado de receptividad y calma resulta de la disminución de las distracciones internas y externas, lo que genera a su vez un ambiente propicio para que se generen nuevas ideas, soluciones y posibilidades en la tarea que estamos llevando a cabo. Ya sea que estemos solucionando un problema difícil, que estemos  buscando nuevas ideas para realizar algún proyecto artístico, o simplemente queramos hacer alguna tarea cotidiana de una forma diferente.

Además, mindfulness nos ayuda a observar aquello que estamos viviendo de una manera más consciente y sin hacer juicio. Esto nos permite desengancharnos con las expectativas, pensamientos, creencias y sentimientos que nos genera dicha experiencia. Lo que a su vez genera que observemos aquello que está ocurriendo con “una mirada fresca”. Es decir, como si fuera la primera vez que lo estuviéramos observando. Esto facilita que visualicemos o encontremos nuevas posibilidades o directrices que antes no nos habíamos planteado.

La creatividad es sólo uno de los beneficios que podemos obtener a través de la práctica de mindfulness. Te invitamos a que conozcas los cursos que REDEA te ofrece para comenzar a practicar.