Por qué la meditación mindfulness no es igual a otras técnicas de meditación.

Generalmente, cuando las personas se acercan por primera vez a la meditación mindfulness, llegan con una serie de ideas preconcebidas acerca de la práctica, las cuales casi siempre son erróneas. Que si se van a volver vegetarianos, o les vamos a poner un turbante en la cabeza o enseñarles a “poner la mente en blanco”. Lo que es cierto, es que la meditación mindfulness forma parte de lo que se denomina “meditaciones abiertas”, en el sentido de que no nos enfocamos en una sola cosa (la respiración, por ejemplo) al practicar. Cuando practicamos mindfulness, tratamos de desarrollar 2 elementos:

Capacidad de enfocar nuestra atención en un punto, y
Flexibilidad en nuestra atención, para poder “ampliar” su campo (atender la respiración, el cuerpo, los sonidos, nuestras emociones, a las demás personas, etc.)

Las “meditaciones cerradas”, o concentrativas, se centran únicamente en desarrollar nuestra capacidad de enfocar nuestra atención en un sólo punto, llamado también “objeto de atención”. Ken Wilber nos ofrece un metáfora para entender las diferencias entre ambos tipos de meditación: imagina que tienes una pared enfrente de tí. Meditación cerrada implica enfocarte sólo en un punto con toda tu atención, mientras que meditación abierta, o mindfulness, implicaría estar presente con la mayor cantidad de puntos posibles. Si te das cuenta, la vida cotidiana se parece mucho más al mindfulness: manejar en el tráfico, pensar en nuestros pendientes y preocupaciones, sentir tensión, etc., todo sucediendo al mismo tiempo. Así que cuando practicas mindfulness, estás desarrollando tu capacidad de estar presente con las situaciones de tu vida, de una manera no-reactiva y equilibrada. No sólo estamos aprendiendo a relajarnos, sino que también estamos aprendiendo a “cacharnos” cuando nuestra mente y emociones empiezan a salir de su equilibrio natural.

Dr. Eric López Maya

Instituto Mexicano de Mindfulness

(55) 4333 2490

info@mindfulness.org.m

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